Pintar paredes blancas es un recurso muy socorrido: se trata de un color de pintura muy versátil, que va con todo, hace parecer el espacio más amplio y además no pasa de moda. Incluso tenemos la idea de que el blanco aporta luminosidad a una vivienda. Las tres primeras afirmaciones son del todo correctas, pero ¿sabías que podemos estar equivocándonos en este último punto…? Te lo explicamos.

No es algo muy conocido, pero los profesionales sí lo saben: pintar paredes blancas puede hacer parecer una habitación oscura aún más triste y tenebrosa. Por el contrario, la aplicación de un color oscuro en las paredes puede ser justo lo que una estancia necesita para tener personalidad y brillar con luz propia. Para ello, es preciso echar mano de otros recursos, que vamos a ver aquí.

Cómo lograr que una estancia pintada de oscuro sea más luminosa que una blanca

El truco de los diseñadores está en aplicar un color oscuro al lienzo (por ejemplo, Hague Blue de Farrow & Ball) para después poner notas claras en su interior que aporten esa sensación de luminosidad deseada. El techo pintado en blanco, y los sofás (o la cama), cortinas y alfombras en colores claros o neutros serán los recursos que actúen como contrapunto del fondo oscuro y reflejen la luz natural que entra por las ventanas. Además, conviene añadir elementos que presten su calidez al entorno, por ejemplo, suelos de tarima y muebles de madera, texturas en las telas…

pintar paredes blancas no siempre es buena idea para dar luz

Pintar paredes en tonos oscuros y poner notas de acento en blanco aporta más luz que las paredes blancas. Imágenes: Farrow&Ball y Little Greene con el color Vulcan.

Una buena idea es pintar el techo en un blanco satinado, de modo que la superficie refleje la luz en vez de absorberla como haría un acabado mate. Si no te acaba de convencer, siempre puedes optar por el eggshell, un acabado con un ligero matiz satinado, pero mucho más tenue, que se parece al de la cáscara de huevo (eggshell tiene ese significado en inglés).

Sin embargo, ten en cuenta que dar luz a un espacio aplicando pintura de colores oscuros en las paredes solo funciona en habitaciones grandes, no en las pequeñas, que parecerán aún más reducidas.

Aunque poco tiene que ver con la luminosidad, te mostramos aquí otro recurso más que utilizan los profesionales del diseño interior: cuando se trata de hacer que los techos parezcan más altos (como las de los edificios antiguos), no hay más que prolongar la misma pintura oscura de las paredes unos pocos centímetros sobre el techo blanco. El efecto es espectacular, pero -una vez más- solo recomendable para estancias amplias. Además, está el recurso de las cortinas colgadas mucho más arriba de donde termina la ventana (por ejemplo, utilizando rieles) para que los techos parezcan más altos.

Pintar paredes blancas: así sí, así no…

La pintura blanca para paredes tiene muchos matices, como ya vimos en este post de nuestro blog. Cada espacio necesita un tono blanco distinto, y saber cuál es dependerá siempre de la cantidad de luz natural que reciba. Esto viene determinado por la orientación de las ventanas:

  1. La orientación norte pide siempre una pintura blanca cálida (con presencia de amarillo) para contrarrestar la fría luz que entra por la ventana.
  2. La orientación sur necesita una pintura blanca fría (con presencia de gris) que neutralice la luz solar amarilla.
  3. En el resto de orientaciones encaja perfectamente una pintura de un tono blanco neutro.

Otra consideración que se debe tener en cuenta al pintar paredes blancas es el acabado a elegir en función del espacio de la casa que se quiere renovar. A las múltiples ventajas de la pintura blanca de pared prácticamente solo hay que enfrentarle una pega: que se manchan más fácilmente.

Por eso, si quieres pintar de nuevo un dormitorio infantil, la cocina, el cuarto de baño o el lavadero, ten en cuenta que los acabados eggshell, satinados o brillantes son mucho más fáciles de limpiar que los mates, y que suele bastar un trapo húmedo para arrastrar las manchas.

En caso de haber escogido una pintura blanca mate, necesitarás algo más para eliminar la suciedad de las paredes: puedes probar con un «borrador mágico», las esponjas blancas que se comercializan para este fin en los supermercados, o aplicar un poco de lejía sobre detergente en polvo y frotar suavemente paredes y puertas blancas mate.

Si buscas pintura plástica en blanco mate, tenemos una buena recomendación: Bruguer blanco glaciar.  La puedes encontrar en nuestra tienda de pinturas online.

Ahora que ya sabes cuándo pintar paredes blancas y cuándo no es la mejor opción, además de otras tácticas de interiorista para jugar con el color de las paredes y crear nuevas perspectivas, nos gustaría saber si tú también has utilizado algún recurso al pintar la casa. En Pinturas Sanguino nos encantará conocerte y ayudarte a encontrar la pintura blanca o de color que necesitas.