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En interiorismo, los detalles marcan la diferencia. Por eso, pintar molduras, bonitos zócalos y otros detalles arquitectónicos propios de las casas señoriales antiguas puede aportar mucho estilo. Hablamos también de columnas y chimeneas, o barandillas en el caso de las mansiones. Todos ellos pueden convertirse en auténticos protagonistas de la decoración. Pintarlos no es sólo una forma rápida y económica de renovarlos, sino también una forma de aportar sofisticación y coherencia estética a una casa. Este post está pensado para interioristas y decoradores que buscan inspiración para realzar sus proyectos tras una reforma en la que han sabido conservar elementos distintivos como estos de los que hablamos. Desde nuestra tienda de pinturas online para alta decoración, vamos a descubrir cómo trabajar estos elementos con pintura, combinando a la vez criterios estéticos y técnicos. La clave, como siempre, está en saber elegir bien, tanto el color como el acabado de pintura.
Por qué destacar elementos arquitectónicos singulares en tus proyectos
Zócalos, molduras, rosetones, chimeneas, columnas… Todos estos elementos tienen un papel más importante del que suele atribuírseles. Visualmente, son elementos que a menudo conectan suelo y techo con las paredes, y que sirven para enmarcar la estancia. Al pintarlos con intención sirven para estos fines:
- Aportan profundidad y elegancia.
- Generan ritmo visual en espacios largos o amplios.
- Introducen contrastes cromáticos sin sobrecargar el ambiente.
- Sirven para unificar visualmente estancias abiertas con acabados continuos.
Tradicionalmente, molduras y zócalos se pintaban en blanco o tonos neutros claros. Pero las tendencias actuales apuestan también por colores más atrevidos o sofisticados, o los unifican con la carpintería de las puertas. Grises oscuros, verde salvia, terracotas suaves… Son colores capaces de aportar personalidad y mantener la armonía.
Cómo elegir colores y acabados para pintar molduras y zócalos
Elegir el color adecuado para estos elementos depende del estilo decorativo general del proyecto. En los interiores clásicos, como los de las casas señoriales, los blancos cálidos con acabado satinado enfatizan bien la riqueza de las molduras. Pero en espacios contemporáneos o industriales, o en aquellos que se quiere dar un twist a lo convencional, los tonos oscuros y mates ayudan a anclar visualmente los elementos al suelo o al techo.
Aquí tienes algunas recomendaciones para acertar:
- Generar contrastes suaves: elige un tono uno o dos puntos más oscuro que la pared.
- Poner el foco y destacar: opta por colores complementarios o saturados que creen foco visual.
- Crear un efecto envolvente: utiliza el mismo color en la pared, el zócalo y la moldura, variando sólo el acabado.
Acabados recomendados: el satinado o semibrillo es ideal para las molduras, ya que realza los relieves. El mate, en cambio, es más adecuado para un ambiente minimalista.
Pintar columnas, chimeneas y otros elementos que elevan el interiorismo
Además de pintar molduras y zócalos, puedes destacar otros elementos que, bien trabajados, ayudan a dotar de carácter a un interior. Se trata de columnas, pilastras, arcos, chimeneas o embocaduras de puertas. Suelen ser puntos fuertes en la arquitectura interior, y la pintura sirve para acentuar la jerarquía visual.
Columnas
En tonos oscuros dan sensación de solidez y elegancia. En blanco, de ligereza. Prueba con colores como azules grisáceos o verde salvia para un aspecto más moderno.
Chimeneas
Blanco y negro son los colores clásicos, pero puedes probar con colores cálidos para que actúen como focos de interés visual.
Arcos y embocaduras
Al pintarlos en un tono distintos al resto de la pared, segmentan el espacio con sutileza.
Una tendencia en interiorismo muy sofisticada es usar colores profundos, como los verdes botella, azul petróleo, terracota o gris antracita en estos elementos, combinado con paletas neutras en paredes y textiles.
Por otro lado, usar pinturas de alta gama como Little Greene o Farrow & Ball garantiza un acabado impecable y un color intenso y lleno de matices. Sus gamas de color están diseñadas para integrarse con armonía y aportar riqueza visual incluso en aplicaciones pequeñas.
Ya has visto cómo pintar zócalos, molduras, columnas o chimeneas es una estrategia inteligente para enriquecer el diseño interior. Definen el espacio, aportan profundidad, contraste o continuidad y pueden actualizarse cada poco tiempo.
Si estás buscando ese efecto WoW, las pinturas de Little Greene y Farrow & Ball son tus mejores aliadas. Ambas firmas ofrecen cartas de color extensas, sofisticadas y llenas de matices, perfectas para crear espacios personales y llenos de coherencia estética
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