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¿Alguna vez has sentido que una habitación te transmite calma mientras otra te produce inquietud? No es casualidad. Los espacios que habitamos influyen directamente en nuestro estado de ánimo, nuestra productividad y hasta en la calidad del descanso. Aquí entra en juego la neuroarquitectura, una disciplina que conecta la ciencia del cerebro con la manera en que diseñamos y vivimos los espacios.
Dentro de este enfoque, la psicología del color cobra especial relevancia. Elegir un tono u otro no es solo una cuestión estética: los colores que nos rodean tienen la capacidad de activar emociones, mejorar la concentración o fomentar la creatividad. Comprender cómo funcionan estos mecanismos es el primer paso para transformar tu hogar en un lugar que, además de bonito, sea capaz de potenciar tu bienestar emocional.
¿Qué es la neuroarquitectura?
La neuroarquitectura es la disciplina que estudia la forma en que los entornos creados por el hombre para habitarlos influyen en nuestro cerebro y se interrelacionan con nuestras emociones y comportamientos. Esta ciencia se basa en los conocimientos de la arquitectura, el diseño de interiores y la neurociencia, y tiene como finalidad potenciar el bienestar y el «confort emocional» en la creación y renovación de espacios.
Los principales medios para obtener este objetivo son la luz, la forma, los materiales, la acústica y el color. En concreto, se sabe que la psicología del color es clave para el bienestar, al activar respuestas emocionales inmediatas en nuestro entorno vital. Si estás interesado en saber qué colores promueven el bienestar, sigue leyendo.
Psicología del color en la arquitectura
¿Has oído hablar de cómo la psicología del color afecta a nuestros comportamientos y emociones? Se trata de un concepto es esencial en la neuroarquitectura, que estudia, entre otras cosas, el impacto de los colores que nos rodean en nuestra psique.
¿Qué es la neuropsicología del color? Es el campo de estudio que interpreta el impacto de los colores en nuestro cerebro. Por ejemplo, los tonos cálidos pueden activar áreas relacionadas con la energía y la interacción social, mientras que los tonos fríos estimulan regiones asociadas a la calma y la introspección.
Al aplicar estos conocimientos en la decoración de la casa, estaremos apostando por un entorno ideal para cubrir las necesidades emocionales de las personas que habitan ese espacio. En nuestra tienda de pinturas online, disponemos de marcas exclusivas con matices únicos, y podemos ayudarte a elegir esos colores que estás buscando.
Los colores y las emociones en el contexto del hogar
La elección de colores en la decoración no solo responde a criterios estéticos: es una decisión con un fuerte impacto en nuestro estado de ánimo y en la manera en que usamos cada espacio. Según la psicología del color, los tonos pueden transmitir sensaciones de calma, energía, seguridad o incluso creatividad. En el marco de la neuroarquitectura, este enfoque es especialmente importante, ya que lo que se busca es crear entornos que favorezcan el confort emocional y el bienestar.
Colores cálidos: energía y vitalidad
Los tonos como el rojo, el naranja o el amarillo se asocian al movimiento y a la estimulación. Un comedor pintado en tonos terracota, por ejemplo, fomenta la conversación y la conexión social. En la cocina, un amarillo luminoso puede generar una atmósfera alegre y motivadora para comenzar el día pletóricos. Eso sí, conviene utilizarlos con moderación en dormitorios o espacios destinados al descanso, porque pueden resultar demasiado estimulantes y potenciar aspectos como la ansiedad, el nerviosismo o el exceso de actividad.
Colores fríos: calma y concentración
Los tonos azules, verdes y violetas son aliados perfectos para reducir el estrés y favorecer la introspección. Un dormitorio en azul claro ayuda a conciliar el sueño, mientras que un despacho en verde aporta equilibrio y concentración, ideal para teletrabajar. La neuroarquitectura recomienda estos tonos en zonas donde buscamos un espacio sereno y de confort mental.
Colores neutros y naturales: equilibrio y conexión
EL beige, gris suave y los tonos arena evocan estabilidad y estilo de vida sencillo. Funcionan muy bien como base cromática en salones y recibidores, porque transmiten serenidad y combinan fácilmente con acentos de color más intensos. Además, los colores inspirados en la naturaleza (como los verdes oliva o los marrones suaves) refuerzan la conexión con el entorno natural, un principio esencial de la neuroarquitectura.
Cómo elegir colores con criterio: de la teoría a la práctica
Conocer la teoría está muy bien, pero lo realmente útil es poder aplicarla a tu hogar. La neuroarquitectura nos enseña que la forma en que pintamos una estancia puede mejorar la calidad del sueño (dormitorio), fomentar la creatividad (oficina o espacio de juegos infantil) o hacernos sentir más relajados al volver de nuestros quehaceres diarios (salón). Por eso, no se trata de elegir un color al azar, sino de hacerlo con criterio y apoyándonos en marcas que ofrecen calidad y disponen de una estudiada carta de colores.
Nuestras marcas especialistas en color
Farrow & Ball es un referente en pinturas para decorar la casa Sus tonos, con pigmentos de alta concentración, ofrecen una profundidad única que potencia el efecto emocional del color. Dispone de una cuidada carta de colores y matices únicos, que son muy apreciados por los interioristas y decoradores. Por ejemplo, si buscas crear un dormitorio envolvente y sereno, sus azules y verdes suaves son perfectos para favorecer la calma. En cambio, para un salón vibrante y acogedor, sus rojos apagados intensos o terracotas, que además son tendencia, transmiten energía sin resultar estridentes.
Otra marca de pinturas icónica para los decoradores y arquitectos de interiores es Little Greene. Sus productos son conocidos por sus paletas cromáticas inspiradas en mansiones históricas de Inglaterra y por su compromiso ecológico. Dispone de colores neutros y naturales que se integran fácilmente en aquellos proyectos de interiorismo que buscan transmitir equilibrio y conexión con la naturaleza, un principio fundamental de la psicología del color. También cuenta con tonalidades intensas con colores que son el foco de atención, y que dan protagonismo a la tradición de la campiña inglesa. Las pinturas de Little Greene son sostenibles, por lo que ayudan a conseguir un entorno más saludable en tu vivienda.
Pinturas Sanguino: tu distribuidor de confianza
En Pinturas Sanguino ponemos a tu alcance estas marcas premium, y ofrecemos además asesoramiento especializado para ayudarte a elegir el acabado adecuado y el color que puede aportar confort emocional en tu hogar, siempre según tus gustos. Además, nuestra tienda de pinturas online facilita la compra desde cualquier punto de España, convirtiéndola en la mejor opción para elegir pinturas de interiores si quieres aplicar la neuroarquitectura en la casa, tanto si eres interiorista como si eres particular.
Nuestro consejo es que, antes de decidirte, pidas muestras de color y las pruebes en diferentes paredes y momentos del día. La luz natural y artificial pueden cambiar la percepción de un tono, y comprobar si los colores elegidos funcionan en tu casa te ayudará a tomar decisiones más acertadas.
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Preguntas frecuentes sobre neuroarquitectura y color
¿Qué papel juegan los colores en la neuroarquitectura?
Los colores son uno de los elementos más influyentes en la neuroarquitectura, porque afectan directamente al cerebro. Un tono bien elegido puede fomentar la calma, aumentar la concentración o estimular la creatividad. Por eso, la elección cromática es tan importante como la distribución del espacio o la iluminación.
¿Cuáles son las claves de la neuroarquitectura?
Los pilares fundamentales son:
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La luz natural y su gestión en los espacios.
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Los colores y la psicología que transmiten.
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La conexión con la naturaleza (materiales, vegetación, vistas).
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La calidad del aire y la ventilación.
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La organización del espacio (abierto, fluido y adaptado al bienestar).
¿Qué es la psicología del color?
Es la rama que estudia cómo los colores impactan en nuestro cerebro y en nuestras emociones desde la perspectiva de la neurociencia. Aporta evidencias científicas de lo que la psicología del color ya intuía: que un azul puede calmar, un verde equilibrar y un amarillo motivar.



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